Un estudio del Centro de estudios porcinos aboga por un parque tecnológico para tratar purines

'Porcí de Lleida, la producció sostenible intel·ligent' está liderado por investigadores de la ETSEA

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CEP Torrelameu
Foto: CEP Torrelameu
Contar con un parque tecnológico en Lleida para el tratamiento de purines y de una granja tecnológica para el porcino, es una de las necesidades que apunta el proyecto PECT Porcí de Lleida, la producció sostenible intel·ligent (2017-2020), liderado por el profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSEA) de la Universitat de Lleida, Daniel Babot y coordinado por la Diputació.
 
El proyecto que se está llevando a cabo desde el Centre d'estudis porcins (CEP) -un consorcio del cual forman parte la Diputació y la Universitat de Lleida, el Consell Comarcal de la Noguera y el Ayuntamiento de Torrelameu, municipio donde se ubica el centro- se centra en tres aspectos: el uso de recursos más eficientes y sostenibles, las nuevas tecnologías aplicadas a la producción porcina y el manejo y gestión de purines. Con un presupuesto de 3 millones de euros, un 50% de los cuales provienen de fondos FEDER de la Unión Europea, en el proyecto también participan Ayuntamiento de Alcarràs y ANPROGAPOR.
 
Según ha informado la Diputación, la construcción del parque tecnológico como de la granja para porcino debería de empezar este año con el apoyo del propio proyecto PECT, la Diputación y otras financiaciones pendientes de encontrar.
 
Hasta ahora, los resultados del proyecto ponen de manifiesto que la ganadería es la actividad económica que más cantidad de NH3 (amoníaco) emite a la atmósfera en todo el Estado. El 72% de las emisiones de NH3 están relacionadas con la producción animal, un 16% de las cuales provienen de las granjas de porcino.
 
A pesar de que la reducción de emisiones los últimos años ha estado del 30 al 40% debido a la eficiencia productiva, las mejoras en la alimentación de los animales y los adelantos tecnológicos en el manejo de purines, los investigadores insisten en que hay que continuar estudiando la aplicabilidad de las mejores técnicas disponibles, no solo para incrementar la eficiencia del sector porcino, sino para llegar a un mínimo de emisiones de gases. "Una huella mínima en este sentido y una mayor sostenibilidad pueden contribuir, sin duda, al desarrollo de las zonas rurales", ha afirmado Daniel Babot, que ha defendido la economía circular como "clave para estos territorios".
 
En cuanto al uso del agua, el estudio revela que la necesidad de agua de forma directa en la granja porcina se sitúa alrededor de 11-12 litros de agua por kilo (kg) de carne de cerdo. Esto representa alrededor del 1% de las necesidades totales de agua, puesto que la huella hídrica (la necesidad total de agua) es de unos 4.000-4.500 litros por kg de carne de cerdo, la mayor parte de la cual viene de la agricultura para producir las materias primas (cereales, leguminosas...) para los piensos.
 
A pesar de que en los últimos 30 años, el sector porcino ha conseguido reducir esta huella hasta un 30%, los investigadores apuntan que aspectos claves en el ahorro de agua a la granja son disponer de todos el sistemas de control, el mantenimiento del circuito de distribución, la selección adecuada del tipo de abrevadero en función de las necesidades de los diferentes tipos de animales, la instalación, ajuste y mantenimiento de abrevaderos, el adecuado manejo general y alimentación del animales, y la planificación de la limpieza de las naves, así como tener un protocolo por el ahorro de agua de limpieza.
 
Fruto de este proyecto, se han publicado dos guías sobre estas dos temáticas en colaboración con INOPORC: Guia per a la minimització de l’emissió de gasos en les granges porcines y Guia per la gestió del aigua en l'explotació porcina, para ayudar a los productores a avanzar en la eficiencia y la sostenibilidad.

Texto: Prensa UdL